martes, 20 de febrero de 2007

León. Dos días en mayo de 2006. (3ª parte)


Entramos en la Catedral y, aunque fuera hay un brillante cielo azul, dentro nos sorprende la penumbra y hasta que no nos amoldamos a ella no empezamos a descubrir, una a una, la belleza de sus vidrieras…

Decidimos coger una audioguía cada uno y realmente es un acierto pues las explicaciones son muy completas… Así nos cuentan que la elevación de las catedrales góticas en España se hicieron a partir de la memorable batalla de las Navas de Tolosa (1212) que cambió definitivamente el ritmo de la historia. En Europa se habían iniciado con el siglo, por el norte de Francia, en las cercanías de París y en un siglo se levantaron más de 200 catedrales góticas en toda Europa…


En concreto esta de León se levantó por el empuje del Obispo Martín Fernández y su mecenas el rey Alfonso X el Sabio.

Todo en la catedral está sujeto a un programa teológico… por ejemplo, los muros se inician en piedra (reino mineral), luego las primeras vidrieras están cuajadas de plantas y flores (reino vegetal), mientras que las superiores son figurativas y cuentan historias (reino animal)… y por último, las vidrieras más elevadas son un canto a la Iglesia que sobre todo el universo conocido reinaba y dominaba… Y luego la gran colaboración de la luz entrando por sus vidrieras, está también sujeta a un canon… Los primeros rayos entran por el Este, por el nacimiento de Cristo representado en las vidrieras del ábside y los últimos inciden en el gran rosetón del Oeste donde los ángeles llaman con sus trompetas al Gran Juicio Final… Las vidrieras que dan al Norte, a las que nunca da el sol, son en las que están representados los personajes del Antiguo Testamento y en cambio las del Sur, resplandecientes de luz, son un canto a la Esperanza del Nuevo…


Bueno, pues el caso es que a las 6 de la tarde ya estábamos sentados en una cafetería al aire libre frente a la fachada principal, tomando un café y una tostada tan ricamente y al ratito iniciamos el paseo con la intención de situar el MUSAC que es nuestro destino de mañana. Una vez localizado nos vamos a cumplir un rito imprescindible: tomar las inolvidables patatas de Casa Blas … Y luego ir a reecontrarnos con Tizón, sus magníficos embutidos y su inigualable arroz con leche, en el "barrio húmedo"…

Luego paseo por la Plaza Mayor tan cercana y tan iluminada y como no, ir a ver la Catedral, imponente, bañada de luz, contra el cielo de color lapislázuli, en una hora preciosa… y pian pianito al Hotel en otro cuarto de hora de paseo.


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