domingo, 6 de mayo de 2007

Asturias. Parque Natural de Redes.(4ª parte)


Nada mejor para después de una copiosa comida (excepto una buena siesta…) que hacer un senderismo de los recomendados,


sobre todo ahora que ha quedado una tarde preciosa,

así que desde el pueblo de Villamorey hacemos la "senda verde del torreón" sobre el embalse de Rioseco,


corta y bien señalizada


y llegamos hasta el mirador desde el que se divisa las ruinas del torreón.

Este torreón tiene origen romano… cuando ellos vencieron a los astures en el año 50 a.d.C. y construyeron en el valle del Nalón una calzada para comunicar la meseta con el interior de Asturias, levantaron este torreón para vigilarla ... luego en el s. XII pasó a pertenecer a la Orden de Santiago.



Y ya puestos a caminar nos decidimos a ir a Soto de Agues

un pueblo abierto, de bonitas calles muy bien empedradas,


con hórreos y una plaza con bares y veladores muy apetecibles… ¡y con un amplísimo parking a la entrada!… A la salida del pueblo un ancho camino

nos introduce en una ruta en la que todo es bonito, hasta el nombre: "La ruta del Alba"…


Se llama así porque transcurre junto al río de ese nombre

y en los folletos turísticos dice: "Por su belleza y fácil andadura, la Ruta del Alba se ha convertido en uno de los elementos emblemáticos del Parque Natural de Redes"…¡la pura verdad!..

La ruta tiene un total de 14 kilómetro (ida y vuelta), tiene bonitas zonas de descanso y en su primera parte está cruzada por el puentecillo de Retortoriu que te permiten regresar por la otra orilla.

Es de esas sendas que piensas que tienes que volver a ella y hacerla enterita sin prisas…



1 comentario:

*** dijo...

Llevaba bastante tiempo sin entrar, en el Blog de María Rosa. Otra nueva gozada, por tantos paisajes e impresiones que nos comunica; de una parte las preciosas fotos, y de otra los hermosos detalles comentados brevemente. Es decir, todo apetecible para preparar un nuevo viaje, y con sus apuntes la autora nos ayuda a guiar nuestros pasos. Conocemos a varias de las personas viajeras, y las hemos reconocido en alguna de sus instantáneas. Al menos, y gracias al aprecio que nos dedicamos, ellos han disfrutado de este precioso viaje, y nosotros, pacientes lectores y admiradores, volvemos a disfrutar desde la distancia. Que no es tal sentimentalmente, y por tanto nueva gratitud a su autora, María Rosa, porque adora este trabajo que se ha impuesto; y nosotros, peregrinos internautas, siempre agradecidos por la ilustración que nos brinda. Una vez más, enhorabuena y felicidades.