sábado, 8 de noviembre de 2014

LIÉBANA Y " LOS BEATOS"

MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIÉBANA Y "LOS BEATOS"

 El Monasterio desde La Viorna


Liébana es un maravilloso valle de Cantabria, en Picos de Europa,  donde se encuentra el Monasterio de san Martín de Turieno, fundado, en época visigoda, en la falda del monte de La Viorna, por santo Toribio, cuyo nombre le fue posteriormente concedido. 

 




 En este monasterio está la Vera Cruz (el Lignum Crucis), al parecer la mayor reliquia que se conserva de la cruz de Cristo. La llegada de esta venerada reliquia al monasterio se atribuye a santo Toribio de Astorga, que en el siglo V la trajo desde Jerusalén. 
Cuando el 16 de abril, fiesta de Santo Toribio, cae en domingo, se declara Año Santo Liebaniego. El útlimo se celebró en 2006 y el próximo lo será en 2017.


de Santo Toribio de Liébana tiene junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz el privilegio de celebrar el Año Santo, otorgado por medio de una bula del papa Julio II, en el año 1512.
En el Monasterio de Santo Toribio de Liébana se guarda y venera el "Lignum Crucis", el mayor trozo conocido de la cruz donde murió Cristo. Santo Toribio, obispo de Astorga, la trajo de Tierra Santa y se encuentra en el monasterio desde el siglo VIII, siendo trasladado a dicho lugar ante el peligro de la invasión de los árabes.
La celebración del jubileo en el monasterio de Santo Toribio de Liébana data del siglo XVI, pero en los documentos pontificios de dicho siglo se dice que es de "tiempo inmemorial". Algo parecido se afirma en los versos o loores a Santo Toribio del siglo XV, de autor desconocido.
La razón, la fuerza y el motivo principal de la celebración del jubileo están en esto: que aquí se guarda y se venera el trozo más grande de la Cruz donde Cristo murió. Más de mil años lleva guardándose y venerándose en este lugar. Si la finalidad de de todo jubileo es encontrarse con el Dios acogedor y generoso del perdón, el signo de la Cruz es la expresión más clara de lo que Dios es y quiere para nosotros.
El Año Jubilar Lebaniego, que se celebra el año en que la festividad de Santo Toribio, el día 16 de Abril, cae en domingo, queda inaugurado oficialmente cuando, con gran pompa, se abre la Puerta del Perdón del monasterio.El encuentro ante la Puerta del Perdón y el pasar por ella resulta un momento clave. El que acoge, abraza y perdona es siempre Dios y la Puerta del Perdón simboliza y hace presente a Dios acogiéndonos, abrazándonos y perdonándonos como al hijo pródigo. Es un acto sencillo y expresivo que nos despierta para abrirnos al don del jubileo.
El próximo Año Santo Lebaniego será en 2006, y será en ese momento cuando se concentre la afluencia de viajeros, pero también es preciso señalar que en el periodo que abarca hasta el 2006, es muy recomendable acercarse a Liébana y al monasterio de Santo Toribio de Liébana, recorrer sus preciosas aldeas de montaña, degustar su sabrosa gastronomía y participar del trato sencillo de sus gentes. El 2004 es el Xacobeo 2004, y rememorando los caminos de antaño, cuando las peregrinaciones a Santo Toribio de Liébana formaban parte de la peregrinación a Santiago, es el momento de acudir a Liébana y disfrutar con más calma de todos sus encantos, preparándose para el decisivo encuentro en el próximo 2006.
Santo Toribio de Liébana
De estilo gótico el edificio más importante del Valle es el Monasterio de Santo Toribio, donde se venera el Lignim Crucis, el mayor trozo de la Cruz de Cristo que se conserva. Fue aquí donde el Beato de Liébana hizo sus "Comentarios al Apocalipsis", códices ilustrados de indudable valor y belleza.
En Santo Toribio se celebra uno de los cinco "Años Jubilares" que se conmemoran en el mundo, numerosos peregrinos repiten el rito que consiste en pasar por la Puerta del Perdón.
La primera referencia al monasterio de San Martín de Turieno con la nueva advocación de Santo Toribio en es 1125 y pertenecía al patrimonio real. En 1183 el rey castellano Alfonso VIII le cedió a los condes don Gómez y doña Emilia, la cual a su muerte lo entregó definitivamente al monasterio burgales de Oña. Para entonces nuestro cenobio había conseguido un extenso dominio, que abarca heredades no sólo en Liébana sino también en todas las provincias limítrofes.
Las primitivas construcciones que conformarían el monasterio serían sencillas, dentro del estilo prerrománico, quizás el tipo asturiano o mozárabe.En el año 1256 se construye la actual iglesia, con el apoyo económico de los fieles, por medio de indulgencias concedidas para tal fin por el obispo palentino Fernando.
El templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cirtesciense, con la claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza a la arquitectura de San Bernardo. La planta rectangular proporciona un espacio diáfano y la prismática torre a los pies de la nave central remarca el carácter medieval del conjunto ( su fisonomía sería similar a la de la Abadía de los Cuerpos Santos, actual catedral de Santander). Han desaparecido construcciones que cerraban el atrio y proporcionaban un aspecto más recoleto al monasterio.

El Beato de Liébana
La historia del monasterio quedaría muy mermada si no hiciéramos referencia al personaje más famoso que allí vivió y escribió sus obras. Hablamos de Beato de Liébana, que en la comarca recibe culto desde tiempo inmemorial con el nombre de San Beato, cuya fiesta se celebra el 19 de febrero.
Beato debió nacer en la década de los "treinta" del siglo VIII vivió en la segunda mitad del siglo VIII y murió a poco de comenzar el siglo siguiente. Era abad del monasterio de San Martín de Liébana, es decir, el actual Santo Toribio de Liébana.
En el año 776 – según otra versión en el 784 – escribió el libro «Comentario al Apocalipsis», para explicar el hermético texto de San Juan. Para su redacción el monje se basó en otros libros de Santos Padres orientales y romanos, lo que pone de manifiesto la gran biblioteca que debía poseer el cenobio lebaniego. Fue el creador de la primera escuela de dibujo y miniado medieval español, con las primeras ilustraciones que dan vida a los textos y que durante varias centurias se reproducen por toda la Europa culta y sirven de apoyo a la escultura que prepondera en el arte románico inicial.
Hombre dedicado a sus estudios, especialmente a las Sagradas Escrituras, era conocido en el resto de España entre los numerosos cristianos que aún vivían en territorio musulmán. E igualmente su nombre sonaba en Europa, especialmente en los medios intelectuales de la corte de Carlomagno. Las obras escritas por Beato que han llegado a nosotros son: "Comentarios al Apocalipsis", el "Apologético" y el himno a Santiago, llamado O Dei Verbum.
Ermitas del Entorno
Alrededor del monasterio, en un radio de unos 500 metros se encuentra un conjunto de ermitas y lugares de retiro y oración de los monjes.
Cueva Santa
Cueva Santa es una construcción prerrománica, en la ladera norte del monta de La Viorna, en parte excavada en la roca y en parte fabricada en sillería y sillarejo. Dispone de dos exiguas plantas, con acceso a través de una puerta en arco de medio punto y cubierta de lajas de piedra. Según la tradición recogida por el P. Prudencio de Sandoval en 1601, el santo monje palentino se retiraba a orar en ella.
San Miguel
La ermita de San Miguel. Situada en el extremo de la loma, dispone de una espectacular panorámica del valle del Deva y Potes. Se conserva sólo el ábside o cabecera de planta rectangular, con bóveda y arco triunfal apuntado, propio del siglo XIII.
Santa Catalina
La ermita de Santa Catalina. Sus ruinas se elevan sobre la loma que resguarda al monasterio. Se conserva la espadaña y los muros del presbiterio que se unen a ella, con indicios de haber tenido bóveda de cañón apuntanado y correspondería por tanto, a los inicios de la época gótica.
San Juan de la Casería
La ermita de San Juan de la Casería se encuentra cerca de la carretera, antes de llegar a Santo Toribio, en el pueblo de Mieses, y estaba cercana a la granja del monasterio. Es una sencilla construcción rectangular, con puerta de entrada en arco de medio punto y ábside cuadrado, también de mampostería, que data de la misma época que las anteriores.
De las ermitas de Nuestra Señora de los Ángeles y de San Pedro solamente se conservan los cimientos.
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Ruta Castellana
L

  icio aqui.
(ej. Av de Burgos, Madrid) :
Horario de Visitas
Mañanas: de 10:00 a 13:00
Tardes: de 16:00 a 19:00
El monasterio se abre todos los días del año. La Explicación, bendición y veneración del Lignum Crucis se hace a las horas en punto y a las medias horas dentro del horario señalado. Los domingos, fiestas y fines de semana es conveniente llamar con antelación para concertar las


Alojamientos entorno: 
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En lo alto del Viorna, una Cruz señala el  lugar desde el qué, según piadosa leyenda, Santo Toribio arrojó su báculo con la idea de que allí donde cayera se levantara un Monasterio... al que más tarde, naturalmente, se le dió su nombre como no podía ser menos..







En la paz de este valle rodeado de montañas, que goza de un microclima especial y en el recogimiento de este Monasterio es donde Beato (que es un nombre propio, el masculino de  Beatriz) vivió como presbítero y más tarde abad y aquí escribió sus famosos Comentarios al Apocalipsis, conocidos posteriormente, en su honor, cómo "Los Beatos".






Se ignora la fecha exacta de su nacimiento y muerte, pero se sabe con certeza que en el último cuarto del s. VIII era ya un maduro autor de numerosos escritos que demostraban muy amplios conocimientos teológicos. Era una época muy complicada para la  Iglesia en Hispania, dividida entre la sede Metropolitana de Toledo, ciudad gobernada por los musulmanes y este pequeño Monasterio asturiano, en un territorio liberado. 


Ermita de san Miguel, espectacular mirador


Entre Beato de Liébana, apoyado por el Papa y por Carlomagno, y Elipando, Arzobispo de Toledo, surgió una gran rivalidad, que dio lugar a una correspondencia muy dura, en la que Elipando decía "¿Cuándo se ha oído que los de Liébana vayan a enseñar a los de Toledo?"...Y Beato se identificaba con San Pedro, hombre rústico e ignorante pero que se adueñó de Roma y respondía: "Esta es nuestra fe, en la que creemos y oramos los hombres ignorantes ("rustici") y se lo enseñamos a los sabios"...


Puerta Santa que se abre sólo en el Año Jubilar



Beato convirtió el monasterio de Liébana, con las armas de su fe y su saber, en el centro de atención y foco de un movimiento espiritual de resistencia y bandera de independencia frente a la iglesia “oficial” de la Metropolitana Toledo, con el Arzobispo Elipando a su cabeza...el cual terminó siendo condenado en sendos Concilios, convocados por Carlomagno, "por la ímpia y nefasta herejía de Elipando obispo de la sede toledana".

 EL LIBRO DEL APOCALIPSIS

Cuando ya avanzaba el siglo VIII, hacia el 776, Beato de Liébana consigue acabar de hilvanar un larguísimo texto con comentarios del Apocalipsis de san Juan, obtenidos y transcritos de otros textos de autores muy diferentes, como reconoce él mismo al principio, con  toda humildad. Y este dato además demuestra la gran Biblioteca que el Monasterio poseía.



 Es en el capítulo 1 cuando san Juan recibe la orden de escribir todas las cosas que ha visto: "Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las 7 iglesias de Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tlatiura, Sardis, Filadelfia y Laodicea"


 Puede verse la similitud de los 7 arcos con los del atrio de la iglesia de San Miguel de Escalada (León). Precisamente en este Monasterio mozárabe leonés es dónde se copió el Beato más antiguo conocido pues, según unos autores data del 926 (para otros como Camón Aznar del 958) y lo realizó el monje Magio o Magius, de ahí que se le conozca como Beato Magio. Desde 1919 se encuentra en la Biblioteca Morgan de New York.


 Él no pudo imaginar que durante cinco siglos  su trabajo llegara a ser objeto de copias continuas, ni que, trece siglos después, aún se conserven con todos los honores 27 copias,  24 de las cuales contienen miniaturas.


 En el capítulo IX: "los ángeles tocan la 6ª trompeta y paraecen unos caballos cuyas cabezas eran como de leones y de sus bocas salían fuego y azufre...y los cuerpos desnudos y muertos flotan en el mar"


 Los códices conocidos como “Beatos” son una de las grandes aportaciones de España al arte de Occidente. Según Umberto Eco: “las imágenes que los decoran dieron lugar  a las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental”. Las miniaturas son expresionismo puro. Sus personajes se asombran de lo que ven con los ojos de su fe.. Por eso abren sus ojos con desmesura. Son unas imágenes fastuosas pero aterradoras, de colores violentos y dibujos extraños que estremecen y cautivan  a todo aquel que los mira y que, una vez vistos, no puedes olvidar.



La incorporación al texto de estas riquísimas miniaturas son sin duda la clave de su conservación a través de los siglos, pues el abandono de la liturgia hispana y de la escritura visigoda nacional arrumbaron los libros litúrgicos aunque no tanto los que contenían miniaturas… Todo un  despliegue de ilustraciones esplendorosas y abundantísimas,  que se han convertido en piezas maestras del arte hispánico. 

Los códices son libros, copiados a mano sobre pergamino, formados por hojas rectangulares dobladas por la mitad y metidas unas dentro de otras, cosidas por su doblez y cubiertas por tapas que solían ser de ricos materiales. Eran  elaborados en el Scriptorium (taller de libros) de los monasterios, por los monjes, gente letrada y preparada para tal menester.


Estos soberbios códices se hallan dispersos en 8 países diferentes, protegidos en archivos y bibliotecas de Lisboa, New-york, París, Londres, Manchester, Roma, Turín, Berlín, Ciudad de México, más todos los que se conservan en España, aunque, lamentablemente, el manuscrito del propio Beato de Liébana, es decir, el que hubiera sido "el primer Beato" no se conserva…

El más antiguo de todos los códices conservados en España está en la Biblioteca Nacional, y data de la primera mitad del x, en escritura visigótica y  proviene del Monasterio de  San Millán de la Cogolla. Otro de los más antiguos es el del Archivo Histórico Nacional, del año 970, con escritura visigótica y en los márgenes algunas anotaciones en árabe. Su origen es el monasterio de San Salvador de Tábara en Zamora. 


 En este Monasterio  se copiaron varios "Beatos", uno que lleva su nombre y otro el famosísimo que se encuentra en Girona (de 970) realizado por el monje Emeterio y la monja Ende; es el "Beato" con más ilustraciones y el único, que sepamos, en el que ha intervenido una mujer.


"Pájaro y serpiente", una de las bellísimas miniaturas de la monja Ende, en el "Beato" de Girona.Todos los críticos coinciden en que son las más ricas y originales.


 El que es propiamente conocido como "Beato de Tábara",  tiene la particularidad de que es el único en el cual el miniaturista, llamado Emeterio, relata en primera persona, cómo fue llamado al Monasterio de San Salvador de Tábara para terminar esta obra iniciada por su maestro Magio (a quién él califica de "archipintor"). Dice que Magio se vio forzado a interrumpir su trabajo el 13 de octubre de 968 y que murió diecisiete días más tarde.
Emeterio sigue contando que ha trabajado en el códice durante tres meses, con la ayuda de Senior y dice la fecha de terminación: 27 de julio de 970 y se duele de la dureza de la labor… Así que este Beato tiene un folio ilustrado más, llamado "la torre de Tábara" (f. 167 v.) donde se ve el escritorio adosado a la torre, y en él a Emeterio y Senior, escribiendo un texto que dice "ubi Emeterius presbiter fatigatus…" en la habitación contigua otra figura (borrosa) prepara los pergaminos; en la torre se ve a los campaneros.







     La idea de Beato de fundir los Comentarios hechos al Apocalipsis en un solo texto y de qué, para más fijarlos en la memoria, se ilustraran, da nota de su inteligencia... en realidad se adelantó a su tiempo con la idea de qué "una imagen vale más que mil palabras".

 Es de valorar el gran trabajo que realizaron los monjes en su agotadora tarea de copistas, con pocos medios en muchas ocasiones. Fue una labor anónima, pues salvo unas pocas excepciones no conservamos sus nombres pero merecen todos nuestros respetos…¿Y qué decir de los pintores que crearon este mundo alucinante en torno al Apocalipsis? También la mayoría son anónimos.

Es indudable que muchos pintores expresionistas han buscado fuentes de inspiración en estas pinturas, entre ellos Picasso. 






 Pero a mi, por ejemplo, siempre que veo el vital cuadro de  La danza de Matisse, no puedo dejar de evocar los cuerpos desnudos de los muertos, flotando en una danza macabra en los dias del Juicio Final, que nos trasmitieron estos grandes miniaturistas.



BIBLIOGRAFÍA

YARZA LUACES,  Joaquín.  Beato de Liébana, manuscritos iluminados. Madrid 1998

GONZÁLEZ ECHEGARAY, J., VIVANCOS. Miguel, Comentarios al Apocalipsis, Beato de Liébana

 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons




















4 comentarios:

Mercedes dijo...

Unos paisajes maravillosos y una nueva lección de historia y de arte. Siempre aprendo contigo ¡Gracias, María Rosa!

Anónimo dijo...

Leer a Mariarosa en la madrugada de un día lluvioso de otoño es un lujo y un relax para la mente. Una preciosa e ilustrativa página de historia, nuestra historia, aunque sea remota, que agradecemos.
Avellaneda

MariaRosa dijo...

Efectivamente Mercedes los paisajes son fantásticos...y las miniaturas de los Beatos toda una lección. Yo tambièn aprendo mucho contigo.

MariaRosa dijo...

Ya no es madrugadaAvellaneda pero yo tambièn veo llover desde mi ventana...e imagino cuantas lluvias y otoños acompañarían a los copistas y a los iluminadores mientras trabajaban en estos códices...que al cabo de tantos siglos nos siguen deslumbrando.